El rector y el profesor del Instituto Superior Multiversidad Popular, Darío Esteche y el licenciado Pablo González, respectivamente, compartieron el taller “Del miedo al vuelo” — Acompañar el pasaje hacia la docencia”, con estudiantes de 4 año del Profesorado en Biología. En una enriquecedora jornada, los académicos ofrecieron herramientas para fortalecer el perfil de los flamantes futuros profesionales.
El taller, el miércoles, en la sede del Profesorado de Biología, en Jardín América, tuvo como objetivos “reconocer los miedos, dudas y resistencias propias del tránsito hacia el rol docente; comprender que el miedo no es debilidad, sino un punto de partida para el aprendizaje y la transformación personal; favorecer la expresión emocional, la escucha empática y la construcción colectiva de confianza, y ofrecer herramientas reflexivas y simbólicas que permitan re-significar los temores como motor de crecimiento profesional”.
Durante la jornada, explicó Esteche, “abordamos los miedos, incertidumbre y otras emociones que suelen generarse en esta etapa próxima a recibirse, con la mirada puesta en que el taller sea un aporte más a su formación y trayecto hacia el mundo laboral”.
“Ser educador es un acto de esperanza. Cada vez que entramos a un aula, sembramos.
A veces no veremos los frutos, pero sabremos que, en alguna parte, algo crece gracias a nuestra siembra”, destacaron los académicos en el temario compartido con los futuros Profesores de Biología.
La actividad, agregó por su parte González, “incluyó la generación de herramientas tanto personales como pedagógicas, útiles para trabajar con sus propios futuros grupos de estudiantes”.
Se trabajó en subgrupos, con expresión artística para reflejar y profundizar sobre los sentimientos presentes en los futuros egresados, y luego fue el momento de la construcción colectiva de soluciones. Esto, acompañado por pensamientos del filósofo Paulo Freire, quien enseñó “que la educación auténtica nace del diálogo entre la palabra y la acción”, y en ese marco, “nombrar nuestros miedos es empezar a transformarlos.” Es decir, identificar y nombrar los miedos es el primer paso para confrontarlos y, por lo tanto, transformarlos, haciendo que la educación sea un camino liberado.
La jornada culminó con una acción simbólica: a cada participante se le entregó una semilla para que piensen qué semilla quieren plantar en su vida docente: una palabra, una actitud, un valor, como ser la confianza, la paciencia, la empatía, la pasión…